38 semanas...

Empece a escribir este blog, cuando apenas tenía 23 años, por ahí del 2006...

Empece relatando mis locuras del trabajo, mis traumas existenciales, lo que me dolía, y lo que no entendía de mi alrededor.

El tiempo ha pasado, he dejado de escribir a ratos, por tiempo, quizás por miedo, quizás porque hay ocasiones en que no deseo ser tan transparente, hay días en que pienso en que hay cosas que debo dejar para mi sola, y es cuando simplemente me las como.. Después pienso, que al final la vida es para vivirla y para decir lo que pica o lo que molesta, y si al otro no le gusta, bueno... Al cabo de un tiempo no importa para nada..

Tengo 38 semanas de embarazo, hoy tengo 32 años, y estoy a un pelo de parir, tengo un signo de interrogación en la cabeza, no se bien que es lo que me depara, ni que es lo que pasará, no tengo idea de que será, ni de como dolerá, no tengo idea de lo que se me viene, por primera vez en mi vida me siento con la duda encima, no tengo planes, no se lo que pasará mañana, tengo una perspectiva, pero la realidad es que de pronto solo habrá un antes y un después, habrá una versión anterior a mi misma, y habrá una posterior...

Me muero de miedo, y me mata la incertidumbre..

Las decisiones que pesan

El día jueves 28 de Abril de 2016, tomé la decisión que me ha resultado la más dura de mi vida... Me separé de mi esposo...

Sigo preguntándome si fue la mejor, mi corazón esta partido en dos, me pregunto, ¿Sí es lo correcto, porque me duele tanto?.. ¿Es que de verdad lo quería? ¿Es que de verdad pude soportar más?

Llevo en mi vientre el fruto del amor que le tengo, ¿Qué le tuve?, llevo con orgullo el sentir de pataditas en mi vientre, llevo a cuestas el dolor de la derrota al saber que simplemente yo no soy capaz de estar con nadie más, llevo en la piel, el sentimiento de saber que no hago bien las cosas, que soy demasiado soberbia, demasiado orgullosa... No me canso de repetirme que fue la mejor decisión, que mi bebé no merece una vida así..

Pero, lo extraño como una loca, me carcomen los nervios, me derrota la tristeza y las lagrimas brotan sin que las espere, casi todo me hace sentir patética, me siento extraña por la vida, es como si una parte de mi se hubiera desprendido y se hubiera llevado parte de mi y de lo que soy.

Estoy esperando una respuesta que se que no va a llegar, estoy parada añorando que vuelva, aunque se y estoy segura de que no lo hará, sé que su orgullo es más grande que el mio, y que el miedo que siente lo ciega. En toda situación hay dos partes, y siempre estaremos ensimismados en pensar que tenemos la razón, y pocas veces seremos capaces de admitir que nos equivocamos, quizás dejemos ir al verdadero amor, por esa razón.

Le daré tiempo al tiempo, abrazaré fuerte mis entrañas, y poco a poco se que lo olvidaré... Porque al final, la que tomo la decisión de irse fui yo..